Como familiares de personas con autismo, es fundamental tomar en cuenta el tema del perfil sensorial.
Muchas veces nuestros hijos o familiares, pueden ser hipersensibles (o hiposensibles) y se debe identificar para buscar establecer distintas estrategias tanto en casa como en los distintos espacios donde se desenvuelven.
Como ustedes saben, soy mamá de dos niñas con autismo y si bien ambas comparten el diagnóstico, son totalmente distintas.
Mi niña más pequeña (al 2023 tiene seis años) es muy sensible a los olores, texturas, luces, etc y por ello para salir debo cumplir una serie de protocolos y anticipaciones para prevenir problemas o crisis.
Su hermana mayor (al 2023 tiene 9 años) es más tolerante, pero no le gustan mucho ciertos sonidos que le causan angustia y, por tanto, debemos buscar la forma de ayudarla a sortear estos problemas.
En este sentido, un perfil sensorial es de gran ayuda para las familias y cuidadores.
¿Qué es un perfil sensorial?
Un perfil sensorial es una herramienta que se utiliza para describir y analizar las características sensoriales de un producto o sustancia, como su sabor, olor, textura, color y otros aspectos relacionados con los sentidos.
Un perfil sensorial para autismo es una evaluación que documenta cómo una persona con autismo experimenta y responde a diferentes estímulos sensoriales, como luces, sonidos, texturas y olores.
En este sentido, les ayuda a identificar si la persona tiene sensibilidades sensoriales específicas, ya sea hipersensibilidad o hiposensibilidad, en diversas áreas sensoriales.
Este perfil proporciona información valiosa para personalizar estrategias de apoyo y mejorar la calidad de vida de la persona al comprender y abordar sus necesidades sensoriales de manera efectiva.
¿Qué es hipersensibilidad sensorial en autismo?
La hipersensibilidad sensorial en autismo se refiere a una característica distintiva que experimentan muchas personas con este trastorno.
Se trata de una intensificación de las respuestas sensoriales ante estímulos del entorno, como luces brillantes, ruidos fuertes o texturas inusuales.
Para quienes la experimentan, estas sensaciones pueden ser abrumadoras e incómodas, a veces desencadenando reacciones de estrés o evitación.
Esta hipersensibilidad puede afectar significativamente la calidad de vida de las personas autistas, ya que puede dificultar su participación en situaciones cotidianas.
Comprender y adaptarse a las necesidades sensoriales individuales de las personas con autismo es esencial para brindarles un entorno más inclusivo y comprensivo.
¿Qué es hiposensibilidad sensorial en autismo?
La hiposensibilidad sensorial en autismo se refiere a una disminución en la percepción o respuesta a estímulos sensoriales.
Esto significa que las personas con autismo que experimentan hiposensibilidad pueden no reaccionar de manera típica o pueden requerir estímulos más intensos para notarlos.
Por ejemplo, pueden no ser tan sensibles al dolor, al frío o al calor como otras personas, lo que a veces puede llevar a situaciones de riesgo.
Reconocer y abordar la hiposensibilidad sensorial en el autismo es importante para garantizar el bienestar y la seguridad de las personas autistas, adaptando el entorno y brindando apoyo según sus necesidades individuales.
¿Quién elabora el perfil sensorial?
La elaboración de un perfil sensorial generalmente es realizada por profesionales capacitados en el campo de la terapia ocupacional, la psicología, la psicología clínica o la educación especial, especialmente aquellos con experiencia en el trabajo con personas con trastorno del espectro autista (TEA) u otras condiciones que pueden afectar las sensibilidades sensoriales.
Generalmente, es el terapeuta ocupacional con especialidad en integración sensorial, pero también dependerá del país, donde hay otras profesiones del área de la salud que pueden trabajar en este campo.
¿Cómo se elabora un perfil sensorial?
Crear un perfil sensorial para una persona con autismo implica comprender y documentar cómo esa persona procesa y responde a diferentes estímulos sensoriales, como la luz, el sonido, el tacto, el olfato y el gusto.
Esto es importante porque muchas personas con autismo pueden tener sensibilidades sensoriales que afectan su bienestar y su capacidad para funcionar en entornos cotidianos.
Aquí hay algunos pasos para crear un perfil sensorial para una persona con autismo:
Observación y registro:
Comienza observando y registrando las reacciones y comportamientos de la persona en diferentes situaciones y entornos.
Observa cómo responde a estímulos sensoriales específicos, como luces brillantes, ruidos fuertes, texturas de ropa, olores y sabores. Documenta las reacciones emocionales y físicas.
Identificación de sensibilidades:
A medida que observes y registres las respuestas sensoriales, identifica patrones y sensibilidades específicas.
¿La persona es hipersensible (reacciona de manera exagerada) o hiposensible (tiene una respuesta atenuada) a ciertos estímulos? Registra estos detalles.
Entrevista a cuidadores y personas cercanas:
El evaluador debe preguntar a las familias y cuidadores sobre las experiencias sensoriales de la persona y cómo han notado que reacciona ante diferentes estímulos.
En caso tu hijo o familiar sea no verbal, es fundamental la observación de las familias sobre ello ya que esta información permite hacer un adecuado perfil sensorial.
De todas maneras, ayúdalo con pictogramas u otros para recoger más información y buscar cuáles son los principales retos que debes de afrontar.
Utiliza escalas y cuestionarios:
Existen escalas y cuestionarios diseñados para evaluar las sensibilidades sensoriales en personas con autismo, como la Escala de Evaluación de Sensibilidad Sensorial (Sensory Profile) de Dunn o la Escala de Evaluación de Sensibilidades Sensoriales Autistas (Autism Sensory Profile). Estas herramientas pueden ayudarte a recopilar información estructurada.
Registro de preferencias:
Además de identificar las sensibilidades sensoriales, también es importante registrar las preferencias de la persona. ¿Qué estímulos sensoriales le resultan agradables y reconfortantes? ¿Qué actividades sensoriales busca o evita?
Desarrollo de estrategias de manejo:
Una vez que el especialista recopile la información sobre las sensibilidades y preferencias sensoriales de la persona, deberá trabajar en el desarrollo de estrategias de manejo.
Estas estrategias pueden incluir la modificación del entorno, la provisión de ayudas sensoriales (como audífonos con cancelación de ruido o gafas de sol), la planificación de rutinas sensoriales regulares y la enseñanza de habilidades de autorregulación.
Comunicación y apoyo:
Comparte la información del perfil sensorial con los profesionales de salud, terapeutas y educadores que trabajen con la persona con autismo.
Asegúrate de que estén informados sobre las sensibilidades y necesidades sensoriales de la persona para adaptar las intervenciones y el apoyo de manera efectiva.
Reevaluación periódica:
Los perfiles sensoriales pueden cambiar con el tiempo, por lo que es importante realizar reevaluaciones periódicas para asegurarse de que las estrategias de manejo sigan siendo efectivas.
Crear un perfil sensorial para una persona con autismo requiere paciencia, observación cuidadosa y colaboración con profesionales de la salud y el cuidado especializado.
El objetivo es mejorar la calidad de vida de la persona al comprender y abordar sus sensibilidades sensoriales de manera adecuada.
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